lunes, 4 de febrero de 2008

Circus come to town!

No me refiero a la letra de Leper Mesiah, sino a que hay un circo que está visitando nuestra ciudad (Maldonado - Uruguay).


Acabo de escuchar la propaganda que pasa un auto con altoparlantes anunciando los distintos shows, entre ellos por supuesto animales "amaestrados".

Mucha de la gente que lleva a sus hijos al circo lo hace explicándoles que los animales son enseñados con muchas horas de dedicación y cariño para que realicen sus proezas.

Para mi resulta hasta estúpido pensar que los animales de este tipo de circos (y digo "tipo" de la manera más despectiva posible), sean enseñados sin golpes ni maltratos, gocen de una comida balanceada y suficiente (no digamos abundante), viajen en espacios cómodos y estén felices de "actuar" día tras día.

Igualmente los circos llegan año tras año, y si lo hacen, indudablemente es porque tienen público.

Quisiera transcribir algunas líneas de texto informativo que encontré en un sitio chileno (Circo sin animales):

El entrenamiento:

El entrenamiento es una agresión psicológica y fisiológica del animal, donde técnicas barbaras son utilizadas. El animal es forzado a adoptar comportamientos anormales y artificiales. Los entrenamientos son más violentos, cuanto más peligrosos sean los animales.



Los distintos y constantes ensayos destruyen a los animales, se les asusta y se les angustia, "el entrenamiento consiste en romper al animal y transformándolo en una marioneta ridícula, que lo somete al capricho del hombre". Su propósito es conseguir el absoluto dominio del animal.



Los domadores están raramente calificados, tienen muy poca paciencia y les faltan conocimientos comportamentalistas de los animales a su cargo. Cuando un grito o un gesto no son suficientes, se utilizan barras de hierro, látigos y pinchos con tal de manejar y hacer obedecer a los animales.



El transporte:

Los animales obligados a trabajar en los circos ambulantes son los más afectados. Desplazados constantemente de un lado al otro; de un país a otro, con los bruscos cambios de condiciones climáticas que son, en muchas ocasiones, dañinos para su salud.



El medio de transporte mayormente utilizado para desplazar a todo "el reino animal" son los camiones jaula: estrechos carromatos que son no más que simples jaulas de barrotes de hierro de insuficiente volumen, incapaces de asumir un mínimo de confort en donde, por ejemplo, los grandes felinos deben "vivir" condenados por el resto de sus días.



Lo peor ocurre durante la temporada baja, es decir, cuando los circos no se desplazan, ésto les supone un estrés mayor al estar durante horas, días, semanas e incluso meses encadenados o enjaulados sin poder apenas moverse.



Consecuencias
:

Estresados por este tipo de vida, totalmente ajenos a su hábitat natural, en ocasiones pierden el control con la presencia del público, el volumen de la música durante las actuaciones, el destello de los focos y la reclusión.



La falta de higiene originada por la acumulación de sus residuos fecales y la orina que permanecen durante tiempo en sus jaulas hace aumentar el número de parásitos y bacterias con que conviven.



Por ello las heridas de estos animales son muy difíciles de desinfectar y curar. Se sabe que quienes se dedican al mundo del circo, poseen, por lo general, pocos o escasos recursos económicos por lo cual es corriente que la alimentación sana y equilibrada del animal, así como su bienestar tanto físico como psicológico dejen mucho que desear.






Sería bueno, no sólo dejar de asistir a este macabro espectáculo sino, por lo menos, tratar de difundir esta información y mejor aún: contribuir de alguna manera a la erradicación de estas tiendas de tortura ambulantes.

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